Siempre hemos vivido en el castillo


      En la ciudad en la que vivo, como en toda ciudad que se precie, la vida, las herencias o las situaciones familiares han dejado unos cuantas casas abandonadas, a medio caer, rotas por dentro y por fuera. 
     Esas casas siempre me han generado una mezcla de miedo a lo desconocido, tristeza por una vida que ya no se vive, angustia por ver su estado... Gracias a una imaginación generosa me he inventado vidas y familias y dramas y muchos misterios en torno a esas paredes desvencijadas y grises. 
        Una de esas casas, grandiosa en el pasado, supongo, y tremenda en el presente, está en mi camino de todos los días. A veces al pasar junto al muro que la rodea puedo llegar a imaginar que alguien ajeno al mundo real mira desde una de sus ventanas sucias, rotas y observa a los que corremos de un lado a otro, imaginando cómo será eso de vivir en sociedad, olisqueando el aire de la calle. No hablo de okupas sino de antiguos propietarios que se han negado a abandonar las paredes que les vieron nacer, reír y sufrir; que han preferido morir a ojos de todos porque se les han muerto sus amores; que han enarbolado la locura como bandera.
      Pues de algo así va este libro de Shirley Jackson, "Siempre hemos vivido en el castillo". De muerte, de locura, de fantasía,  de secretos y odios, de intolerancia hacia lo que no se entiende, de asedios a los que creemos más débiles,  de amor fraterno, de juicios sociales, de casas con vida propia, de jardines ocultos...
     Dos hermanas y su tío, enfermo y dependiente, viven aislados del resto del pueblo. Seis años han transcurrido desde un terrible suceso que cambió sus vidas y la percepción que  los vecinos tienen de esta curiosa  familia. Recluidos en su casa no necesitan a nadie y eso genera recelos, desconfianzas y situaciones incómodas. Hasta que un día las cosas cambian. ( Y hasta aquí puedo contar)
     Es una novela entretenida, aunque me esperaba algo más de ella por las críticas que había leído . Me ha dejado con la sensación de que me faltaba algo más ,  de que no se me estaba contando todo.
Me quedo con el protagonismo de la casa , esa casa que ha acabado por inquietarme y que hará que mire con sospecha a ese caserón que me cruzo todos los días.

Comentarios

  1. Con la osadía que da la ignorancia, me disponía yo a criticar la elección de la novela comentada en este post, pensando que sería un bestseller de esos de fama fugaz e inmerecida que la gente devora con los ojos saliéndose de las órbitas, Y NO. Una rápida consulta en internet me informa de que Shirley Jackson fue una auténtica abanderada de la literatura de terror, fuente de inspiración de autores tan reconocidos como Stephen King; para más inri, J.C. Oates es una gran admiradora suya, y siendo yo, a mi vez, tan admirador de la Oates... En otro blog que sigo desde hace años (Un libro al día) ya publicaron una reseña de esta novela en 2014 (unlibroaldia.blogspot.com/2014/01/shirley-jackson-siempre-hemos-vivido-en.html) y la califican como "muy recomendable".

    Para finalizar, únicamente recordar que, en su comentario, nuestra bloguera dice que le faltaba "algo más"... viendo la foto, yo creo que era un cruasán.

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  2. No sólo de best seller vive uno, querido.Aunque el próximo ha llenado blogs y reseñas y posiblemente me limite a su lectura y nada más: "Patria" de Aramburu. Has tenido el gusto?Merece tu aprobación?😉

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  3. Nunca he leído nada de Aramburu: el denominado "conflicto vasco" puede tener cierto interés político, pero literariamente no me atrae. Sobre "Patria" he visto opiniones para todos los gustos, aunque una de las que más suelo tener en cuenta, la de Tongoy, no es muy favorable (http://lamedicinadetongoy.blogspot.com.es/2016/12/patria-de-fernando-aramburu-una-critica.html). Ya me contarás.

    Yo estoy ahora mismo con dos descubrimientos: las "Prosas reunidas" de Wislawa Szymborska (artículos sobre libros leídos por la autora, recopilados por la editorial Malpaso) e "Inquietud en el paraíso", de un tal Óscar Esquivias, que promete mucho... ya veremos.

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  4. hay una casa en Arriondas, cuando entras por donde el hospital que me he quedado con ganas de ir a hacer una fotacas, es impresionante

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  5. Me llaman mucho la atención esas casas. El montón de historias que guardan...😉

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  6. Qué curiosos son los prejuicios y las fantasías: ¿por qué una casona abandonada tiene que guardar más historias que, pongamos por caso, un piso de 60 metros cuadrados en un patronato minero?

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  7. Cierto, cierto. Un piso de dos habitaciones en barriada o colomina también puede dar yuyu.
    Había en un pueblo que conozco bien una familia formada por padre, madre e hija. En realidad, había una primera hija, pero había salido por patas de aquella casa años antes de esta historia que hoy te cuento.
    Pues bien, aquel padre y poco hombre, gordo, escaso de pelo y demente tenía atemorizadas a las mujeres de su casa, que en la calle, siempre caminaban varios pasos detrás de él, cabizbajas y prácticamente mudas.
    Confesó un día su hija, María, en una redacción del colegio ( lo que cambiarían algunos si supieran el poder evocador que tienen las redacciones de lengua) que su padre, cada tarde, se metia6en la bañera vacía rodeado de velas y obligaba a madre e hija a velar su cuerpo hasta la hora de la cena, que no perdonaba ni loco.
    Pasé años evitando pasar por aquella zona. Y sí: eran gente de piso de sesenta metros cuadrados en patronato minero.
    Y colorín colorose...

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  8. Me quedan algunas dudas: ¿quién hacía la cena? ¿o se la preparaban a media tarde y la tomaba fría? ¿quizá cenaba algo de "fiambre", por aquello de la coherencia narrativa?

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  9. Esa casa que también miraba yo...cuando leía me metía en la casa..miraba las ventanas rotas, y la niña que yo me imaginaba que me observaba desde el ático

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