La mano izquierda de Peter Pan



     Dos momentos temporales distintos: primeras décadas del siglo XX y la actualidad. Dos parejas de personajes: J.M. Barrie (autor de Peter Pan)  + Cinthia Asquith (la que fue su secretaria, amiga, confidente, ¿amante?, aprendiz, mano izquierda)  ; y David Prior + Moira  Fitzgerald (ambos profesores especialistas en la obra y milagros de los anteriores). Rodeando a estos cuatro protagonistas, una serie de secundarios, más o menos convincentes.

     Dos momentos y dos lecturas. Porque me ha gustado la historia de Barrie  y Cinthia. He conocido los entresijos en torno a una obra que siempre me había resultado atractiva pero en la que nunca había profundizado. El personaje de J.M. Barrie me ha inspirado ternura, por su debilidad afectiva, por su locura, por su creatividad. Ese momento : “aplaudid,  si creéis en las hadas” ha sido siempre tan maravillosamente genial… En cuanto a Cinthia, los sentimientos han sido encontrados. Es una mujer bella, culta, exquisita en el trato, aristócrata, miembro de las Souls ( de lo más interesante este grupo), rompedora en el plano sexual… Pero también ambiciosa, egoísta,  pésima madre en mi opinión,  tergiversadora, retorcida… 

      Por otro lado, David y Moira. El primero, profesor vallisoletano, a punto de entrar en los cuarenta, un Peter Pan de libro, de esos que todos conocemos. Miente, se imagina una vida distinta a la que tiene, la que siempre soñó,  pero su realidad es bien distinta a su sueño: no ha alcanzado el éxito,  es un profesor sin más,  vive con su madre, no tiene pareja, ni dinero… No me ha gustado el personaje de David Prior. Me ha resultado poco creíble o quizás es que su cobardía ante la vida, me ha disgustado. En cuanto a Moira, puede que me haya resultado algo más creíble que David, pero aun así,  no me ha convencido.  La relación con su marido, un hombre de éxito,  guapo, encantador de serpientes, parece agotarla. A través de su diario vemos cómo le asquea el paternalismo con el que Seymour,  su estupendo maridito,  la trata. Pero no se rebela , sino que se nos muestra como una igual. Si es que dos que duermen en un colchón…(dice la sabiduría popular)

      Los secundarios…pues qué decir. De nuevo me quedo con el elenco que rodea a Barrie y Cinthia. Los Llewelyn , aquellos niños que Barrie “adoptó” y para los que creó a Peter Pan y Wendy; las Souls, la hermandad de Las Almas, aristócratas entrenadas para la conversación exquisita,  los juegos de creación,  la lectura, el debate; la sociedad londinense en general. Pero los secundarios de la actualidad…Seymour no me gusta; la madre de David no me resulta real, con sus mensajes sin sustancia, el desapego hacia su familia,  su vida en páginas de Internet de relaciones...; los eruditos que compiten por obtener el éxito con sus conferencias sobre Barrie; la ex novia de David…

     En fin, que La mano izquierda de Peter Pan se deja leer. Su autora, Silvia Herreros de Tejada , me ha acercado a un autor que en mi ignorancia había quedado en un segundo lugar tras su personaje, que por cierto, me ha costado alejar de la imagen edulcorada de Disney. Me ha llevado a indagar sobre las Souls y me ha hecho pensar de nuevo en lo que de impostura tiene la cultura, el mundo del libro, en concreto.

   Me quedo con el pasado aquí descrito. No es la primera vez que me pasa con novelas que se ambientan en presente y pasado. Y sí, sigo creyendo en las hadas. 


Comentarios

  1. Siempre he tenido la idea difusa de que J.M. Barrie no era trigo limpio con los niños, aunque igual me estoy confundiendo con Lewis Carroll, que, a fin de cuentas, era diácono...

    En tu crítica de la novela no nos cuentas qué nexo ha utilizado la autora para compatibilizar dos historias tan -en principio- dispares, aunque sólo sea desde un punto de vista temporal (con todo lo que ello conlleva). A mí, este tipo de planteamientos en la trama me suelen oler a paella valenciana, que lleva, tanto marisco, como conejo.

    ¿Prescindible o imprescindible? ¿Se me permite apostar? Yo digo "pres".



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  2. Pues tienes razón: no lo he contado; Barrie se rodea de un halo de pederastia para la mayoría; y hay mucha paella.
    No lo he contado por darlo por consabido (entonó el mea culpa), pues la propia editorial lo señala en su contraportada: los personajes del presente preparan conferencias para celebrar los 150 años del nacimiento del autor de Peter Pan.
    En cuanto a la posible relación, enfermiza, de J.M . Barrie con los niños Llewelyn, se menciona varias veces en el libro y no creo que quede muy claro. A mi mente retorcida se le ha hecho extraño.
    Paella? Sí, sobre todo por los ingredientes actuales.
    Apuesta segura la tuya.Para mí, prescindible.

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